El Soldado Figueroa Capitulo III
El Soldado Figueroa
CAPITULO III
Readaptación.
Marcharse solo es difícil hasta que te marchas,
después se vuelve un poco divertido, jamás olvidare ese momento, ese instante
en el que decidí salir de mi casa, salir de mi mundo a buscar otros mundos,
quizás todos buscamos eso alguna vez, escapar de nuestras vidas rutinarias y
aburridas e ir en busca de un poco de emoción y adrenalina, vivir en realidad.
Después de esos tres duros y largos meses, ya no me sentía la misma
persona, nada era igual, la libertad se sentía muy raro y además no sabía qué
hacer con ella, otra cosa que nos pasa a todos alguna vez en nuestras largas o
cortas vidas, cuando somos libres no sabemos qué hacer con esa facultad, pues
nos confundimos muy fácil y al final terminamos por perder la de
alguna u otra manera; y quizás lo más triste de todo es que cuando
ya no somos libres, tenemos mil responsabilidades y mil compromisos, en esos
momentos si pasan por nuestra cabeza muchas ideas interesantes para
hacer con nuestras vida, pero es tarde porque estamos ya muy ocupados o ya no
nos pertenece nuestro tiempo.
La noche en la gran ciudad era fría sin corazón no
muy diferente a sus habitantes, afortunadamente solo estamos de paso por
aquella gran jungla de cemento, simplemente era una parada, una estación de
nuestro viaje a casa.
Al salir del aeropuerto pudimos divisar a lo lejos
una gran y concurrida autopista, junto con un par de compañeros nos dirigimos
rápidamente a ese lugar donde abordaríamos un bus de servicio público.
Pasaban las 19:00 horas, en el cielo nocturno era
imposible contemplar una sola estrella, pues su majestuoso brillo no era suficiente
para traspasar la espesa capa de contaminación que cubre la gran ciudad.
El viento era fuerte, el frio muy penetrante y la
larga fila de carros y autobuses muy interminable, transcurrió aproximadamente
media hora sin que pudiéramos hacer parar nuestro autobús tan esperado.
Mi compañero Blandón se notaba algo inquieto y
suspicaz, algo alterado, no me extrañaba demasiado pues su personalidad es de
esa manera, muy fácil de sorprender similar a un niño , parece intelectual sin
ser intelectual, se puede decir que tiene una actitud curiosa ante la vida, por
el contrario mi otro compañero parecía un poco asustado, mucha más
que de costumbre y eso ya era decir mucho, pues le tenía miedo a todo, quizás
simplemente le desconcertaba lo desconocido, también era un excelente ser
humano.
Pasados algunos minutos un bus de color verde freno
rápidamente en frente de nosotros, sus dos mini puertas se abrieron y muy
rápidamente abordamos aquel rápido transporte, su capacidad de pasajeros era
aproximadamente 12 personas, pero con nosotros tres sobrepaso los veinte, en
los asientos se podían observar todo tipo de individuos,
todo tipo de vidas, todo tipo de sueños que en un momento en el tiempo
convergen en un solo lugar para después de eso no volver
sen a encontrar jamás, personas dormidas, posiblemente cansadas de
un día difícil, otros con audífonos en sus orejas conectados a sus
celulares y desconectados un poco de la realidad. Después de una hora de
trancones y autopistas, al fin llegamos a la siguiente parada, un terminal
redondo y muy lleno de gente que buscaban entrar y salir de aquel gran bosque
en el que los arboles eran edificios. Entramos en aquel lugar y muy activamente
buscamos transporte a nuestro pequeño y calmado pueblo, fue algo complicado,
pues ya era algo tarde, después de tanto buscar por todo el terminal pudimos
encontrar una flota, el único problema era la hora de salida que se aproximaba
a la media noche, estábamos cansados de esperar por volver a casa y solo unas
cuantas horas nos separaban ya de ella.
Comentarios
Publicar un comentario